27 jul 2008

She is a maniac, maniac on the floor


Tenía las rodillas raspadas, las alas heridas y el corazón roto. Intentaba desesperadamente ponerme de pie, pero mis piernas cansadas de tanto escalar no sostenían mi peso ni un segundo más. Decidí, pues, hacer un esfuerzo sobrehumano y pedir ayuda. Pronuncié mil nombres con mi voz agrietada, nombres que se supone debía recordar en ocasiones como esta...pero a cambio recibí angustiosos silencios.
Fue entonces que decidí callar.

7 mar 2008

Help

"Help me if you can, I'm feeling down..."

Panic!

Tu voz sigue resonando en mis oídos, tus palabras, tus miradas... has dejado todo tan grabado dentro de mi, que es imposible olvidarte, aunque lo intento a cada momento.
Hoy pensé en ti camino a casa, te imaginé bajo una nube gris, triste, tratando de recuperar esa alegría que te caracterizaba, pero cayendo en el intento. Me descubrí pensando en ti varias veces hoy, desde que me dieron la noticia. ¿Qué te pasó? ¿Qué tienes en realidad? ¿Por qué te ausentaste sin ninguna justificación? Me siento tan culpable... tan estúpidamente culpable de lo que te pasa... necesito estar allí, contigo, darte mi apoyo o simplemente verte. Vuelve.

21 dic 2007

Diciembre

Parecía que iba por un túnel lleno de imágenes y sensaciones que creí -erróneamente- enterradas. La falda escocesa sobre las rodillas, las piernas cruzadas, el cabello suelto, el perfume, los ojos somnolientos, ojos vacíos, ojos húmedos, ojos llenos de miradas profundas por momentos... todo volvía hacia mi como un boomerang, y me golpeaba de diferentes maneras, suavemente en el estómago como mariposas, en los dientes apretados acompañados de ira, o golpeaba mis labios hacia arriba simulando una sonrisa. Trataba de atrapar imágenes, quería aferrarme a alguna, cerrar los ojos y volver a vivirlas, pero era imposible, mis manos húmedas y mis ojos empañados me lo impedían.

9 nov 2007

Carta al exterior I

Volví a experimentar aquella sensación extraña de rabia, tristeza y alegría, todo junto, todo mezclado, todo confuso. Debo admitir que nunca me sentí bien conmigo misma, pero en fin, siempre encontraba una buena excusa para los que osaban tildarme de intelectual, aburrida, amargada y- aunque ni yo misma me convenciera- sonreía al ver la cara de aceptación que el grupo daba al oir mis perfectamente elaboradas respuestas. Y siempre fue así todo, Indira, jugar el papel de formal, respetuosa, tu bien sabes que eso me dio buenos resultados, aunque en la noche la pregunta de ¿qué hubiera pasado si...? siempre humedecía mis ojos sobre las sábanas. No era extraño encontrarme en las madrugadas tomando el techo blanco de mi habitación como escenario, imaginando (como en esa obra de teatro que vimos, ¿recuerdas?) etapas de mi vida siendo yo... pero al notar que me convertía en una de esas personas a las que calificaba como "desequilibradas" me cansaba de culparme e inmediatamente dormía, tal vez para truncar a los pensamientos que venían rápidos a aumentar más piezas del rompecabezas que pasé más de diez años tratando de armar, pero que al no poder encajar nada, dejaba sobre la mesa.