21 ago 2008

Almost

-¿Cómo era ella? -le preguntó repentinamente.
Él, al ver los ojitos brillosos y anhelantes de la pequeña, no pudo negarle una respuesta. Pero, ni él mismo sabía qué decir. ¿Cómo era en realidad Irene? Había pasado tanto tiempo desde aquella torpe despedida, que sólo podía recordarla como parte de un sueño borroso, recordaba sus últimas palabras, su olor, su cabello y esa extraña personalidad que él amaba.
Irene... su Irene, idealista, siempre enamorada de imposibles y creyendo en sueños tan frágiles, sueños caducos, eternos, ojerosos, dormidos... sueños que la alimentaban pero que la hacían sufrir cuando comprobaba que no podían hacerse realidad, ¿dónde estaría ella ahora? Todo pasó muy rápido, el viaje a Inglaterra, el boleto de avión perdido, el fugaz abrazo... las lágrimas amargas y el arrepentimiento. ¿Cómo podría explicar a la pequeña todo lo que pasó si ni él mismo estaba seguro de tener las respuestas correctas?
-¿Cómo era ella? -volvió a preguntar la niña, apoyando la cabecita en uno de sus brazos.
-Ella era hermosa, Camila, casi tanto como tu...

3 comentarios:

Real Unmaker dijo...

Lo que no se puede expresar con palabras es eso que siempre expresamos con gestos como abrazos y caricias.

El silencio de esa ausencia. El trémulo recuerdo de una despedida, que quizás en la mente (me ha pasado) termina reemplazando no solo todo otro recuerdo, sino inclusive a esa persona.

Bello texto. Siempre que lo deje a uno pensando vale la pena.

Y vos decías que no servías ¬¬

Sigue :)

Macla dijo...

QUE LE PASO A IRENEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE









quiero saber.


:)

sigue sifue!

Macla dijo...

te gusto mi carpeta? (:

LA gao tambien tiene jaja.


=D