7 mar 2008

Panic!

Tu voz sigue resonando en mis oídos, tus palabras, tus miradas... has dejado todo tan grabado dentro de mi, que es imposible olvidarte, aunque lo intento a cada momento.
Hoy pensé en ti camino a casa, te imaginé bajo una nube gris, triste, tratando de recuperar esa alegría que te caracterizaba, pero cayendo en el intento. Me descubrí pensando en ti varias veces hoy, desde que me dieron la noticia. ¿Qué te pasó? ¿Qué tienes en realidad? ¿Por qué te ausentaste sin ninguna justificación? Me siento tan culpable... tan estúpidamente culpable de lo que te pasa... necesito estar allí, contigo, darte mi apoyo o simplemente verte. Vuelve.

3 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

"Te ayudaré a venir si vienes y a no venir si no vienes[...]"

Varios días van que esa oración está vagando por mi torrente de ideas, vagas, la mayoría de ellas; el caso es que siempre vuelvo al mismmo sitio.

Volvemos, afirman, algunos, como si de repente todas las nostalgias y extrañezas de personas vuelven con más ímpetu, con espectros que creíamos encerrados y lo alteran a uno.


Son, cómo dice una canción, 'Momentos que siguen pendientes, fragmentos de vida que andan por ahí, del mismo encuentro ocasional que siempre gira en torno a ti' Y te provocan insomnio y te rvuelven la razón y te confunden el estómago, a veces la resolana sobre el cielo, la inobjetividad que causan circunstancias fugaces de un pasado recóndito que en ciertas ocasiones se añora. De tal manera que hay recuerdos de un auto-flagelo placentero.

¿sabes? Yo no bailo con princesas, pero la haría reina del baile.

Consonante F. dijo...

Gracias por el comment, Anónimo.
Me gustó lo de: recuerdos de un auto-flagelo placentero.
Gracias por todo, en realidad =)